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Por Donato Márquez
A tan solo 20 minutos de la capital se encuentra un pequeño pueblo de unas 250 familias. Sus habitantes no han muerto de sed a pesar de que desde hace 30 años no tienen agua, pues han sabido “resolver” la falta del vital líquido, afirma orgulloso uno de ellos.
Marcelino Meza se enorgullece de su pueblo. Narra que en las pasadas elecciones creyeron en los candidatos de #Morena, quienes se comprometieron a atender el problema de la falta de agua. Hoy ni se acercan.
Higueras del Salado es una localidad sin una calle pavimentada, con una red eléctrica deficiente, postes a punto de caerse, escuelas sin infraestructura adecuada, viviendas con láminas de cartón y cubiertas de bolsas de plástico. Acompañan el panorama por todas partes, tanques de plástico para almacenar la poca agua que llega de la red y de las pipas.
Lo mismo fuera de las casas que en medio de las calles y en pleno centro, abundan los tanques de plástico. Quienes pueden, construyen tanques para abastecer de agua a familias.
“Estamos haciendo gastos innecesarios, miren, una pileta para capear un chorrito de agua, porque solo sale en la noche 10 u 11 y la gente lo que quiere es dormir a esas horas, esta pileta se construyó para tener la llave abierta y juntar una cuarta de agua nomás y que todos los que viven arriba de esta calle puedan venir a tomar poquita agua para la casa”, narra Marcelino Meza, mientras se encuentra de pie a un lado de su obra.
La carencia de agua es un problema que se extiende desde el centro de la comunidad hacia la periferia. Los habitantes conviven entre botellas, cubetas y tinas, condenados a padecer sed, pues apenas y si reciben para sobrevivir.
Y es que desde hace 30 años carecen de este vital líquido. “La llave abierta, el medidor no se mueve, no saca agua y ya son la una o dos de la tarde, este problema lo tiene todo el rancho, yo lo puedo llevar, llave por llave y en ninguna parte hay agua”, añade.
El síndico actual y los políticos de Morena acudieron hasta esta comunidad, entre sus propuestas de campaña destacó atender la falta de agua. Ganaron, se sentaron en la silla del poder y no han regresado al rancho, asevera don Marcelino.
Marcelino Meza, comisario también de la localidad apunta que las escuelas no tienen agua, “viene una sola pipa, pero no puede abastecer a toda la población, entrega a 10 o 20 casas por día, además, es agua que solo sirve para regar las plantas y lavar ropa, el agua para tomar esa debemos comprarla, ahora imagine la cantidad de agua que se necesita en este tiempo de calor”.
Un sueño que ronda entre los habitantes y lo evidencia don Marcelino es que se abastezca de agua, para ello, consideran viable conectar una tubería a un pozo cercano. Es la demanda de los pobladores, cuya petición es ignorada por la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de #Culiacán. Hoy, el Movimiento Antorchista extiende nuevamente la petición a Jesús Higuera Laura, gerente general de la #Japac y al alcalde Lic. Jesús Estrada Ferreiro para que el “proyecto” existente se ponga en marcha, porque Higueras del Salado tiene sed.